Resultados

Por Carolina Friszman, miembro de ProCET, Departamento de Inglés.

 

Ganó La 3096. Isabel Bompet y Alejandra Leoni son las nuevas rectora y vicerrectora electas del Lenguas Vivas.

 

La lista sacó una diferencia notable en el claustro de docentes (de 8,6%). En los otros dos claustros, sin embargo, perdió por diferencias más chicas (2,4% en alumnos y 1,8% en graduados). Los porcentajes totales fueron 51,2% para La 3096 y 45,7% para Consensuar.

 

Me parece interesante lo que cambió y lo que no cambió entre una vuelta y otra. Las diferencias a favor de Lezcano y Ferreyra, de alrededor de 2%, en los claustros de alumnos y graduados, se mantuvieron casi iguales (a pesar de que votaron unos cuantos graduados más y unos cuantos alumnos menos). En cambio, en el claustro de docentes, la diferencia a favor de La 3096 creció de 2,1% a 8,6%. Hay que tener en cuenta que el claustro de docentes es el "más votante": vota la gran mayoría, mientras que de los alumnos vota un tercio y de los graduados me animaría a decir, a ojo, que vota menos del 10%. Eso significa que, entre los docentes, no puede adjudicarse toda la diferencia al recambio de votantes entre una y otra vuelta.

 

Me quedo pensando entonces en la función del ballotage. Creo que todos cuestionamos, quien más quién menos, la necesidad de volver a elegir entre las mismas dos listas. Los votantes por tener que volver a hacerse el viaje, esta vez encima sin la opción de dos días distintos, y los involucrados por el desgaste que generan dos semanas más de campaña y una nueva elección. Es cierto que hay que reformar el reglamento para que no sea virtualmente inevitable pasar a segunda vuelta cuando no hay más de dos listas, que es lo más frecuente en el Lengas por ahora, y en esto creo que estamos todos de acuerdo. Pero en vista de los votos de los docentes, se me ocurre que, por lo menos para una porción del electorado -la porción que definió estas elecciones- no es lo mismo votar a todos los representantes juntos (el mismo día, aunque sean boletas separadas) que definir los cargos de rector y vicerrector.

 

Si es por especular, se me ocurre que los docentes son quienes más conocen a sus candidatos, por ser el claustro más chico y probablmente el que más tiempo pasa en el Lenguas. Se podría pensar que en la primera vuelta hay más cuestiones personales en juego, porque, como hay más candidatos, también hay más simpatías y antipatías de cada uno. Lo cual no deja de ser un criterio para elegir, en un lugar tan chico como éste. También es cierto que los candidatos a consejeros, a regente, y a rector y vicerrector van por boletas separadas; y hubo cierto porcentaje de gente que votó distinto según el cargo, en la primera vuelta (por ejemplo, mientras que Bompet y Leoni ganaron entre los docentes por 2,1%, Diana Ardissone, candidata a regente ahora electa ganó por 4%), pero fue un porcentaje bastante chico. Entonces, puede ser que cuando la elección se reduce a los dos cargos de rector y vicerrector, cambie en algún punto el criterio con el que se vota.

 

En cuanto a la nueva gestión, voy a rescatar lo que dijo Isabel Bompet cuando se le preguntó cómo pensaban fomentar la participación de los alumnos: que la responsabilidad de participar y hacernos oír es nuestra. Somos alumnos y somos grandes. No será la respuesta más compradora, pero me parece irrebatible. Muchos -alumnos y docentes también- están un poco inquietos por la poca gente de inglés que quedó en el gobierno del Lenguas. Bueno, será el momento de estar más presentes que nunca.